miércoles, 21 de mayo de 2008

Nuevas experiencias

El otro día fui con mini yo y mi media mandarina al cine, era la primera vez que el menor de los McKlow asistía a una sala de cine. Reconozco que me emocioné, me encantó su cara al entrar en la sala, la verdad es que el pobre estaba aterrado, una habitación tan grande y silenciosa.
Mientras le explicábamos lo que iba a pasar, apagaron las luces, y en ese momento el acojone del pobre fue mayúsculo, sobre todo cuando empezaron a poner los trailers a todo volumen, o las intros de THX. Ante tamaño espectáculo de volumen, el pobre mini-yo quería irse, pues le asustaba tanta estridencia, así como la oscuridad. Pero luego la película empezó, y poco a poco comenzó a relajarse, y a comer palomitas, y oye, no solo aguantó sentado hasta el final, sino que quería ver otra.
En definitiva, un nuevo filón a explotar, y una nueva afición que podré compartir con mi pequeño.

Por cierto, y a modo de puntualización la película que vimos fue Horton, entretenida y a ratos divertida.

Nos vemos por ahí...

2 comentarios:

  1. Me encanta, moldeando a su pequeño alienígena a su imagen y semejanza.

    Ten cuidado nuestros padres intentaron lo mismo con nosotros y de repente a eso de los 14 empezamos a dejarnos el pelo largo, coger costumbres de dudosa moralidad y socavar el orden público.

    Así es que lo más posible es que el carácter cíclico de la historia haga que con 14 años tu retoño alienígena se corte el pelo con flequillo y lleve un polo de las juventudes del PP...

    Debemos estar preparados para todo... el enemigo está en casa.

    Un abrazo desde la envidia sana.

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