Pues si amigos, tengo un drama terrible, resulta que de un tiempo a esta parte no puedo comer Donuts.
Me explico, hace unos meses el famoso virus de la gastroenteritis traspasó mis defensas haciéndome pasar unos días estupendamente ricos en sonidos y olores...Bien, resulta que el detonante de aquello fue un par de Donuts que me desayuné, no digo que los Donuts me sentaran mal, sino que al terminar con ellos empezaron las nauseas. Desde entonces cada vez que huelo un Donut mi cerebro lo asocia con las nauseas y no puedo ni darle un bocado.
Y el asunto me jode bastante, porque los Donuts me encantaban. Además, si ya no tomaba café, ni alcohol, ni fumaba, ni me gustaba el fútbol, ni la política, ni veía la tele, pues añade a esto el no tomar Donuts, ¡es un suicidio social!
En fin menos mal que aun me quedan los Donetes.
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