lunes, 29 de julio de 2013

En el Taller

Hace poco detectamos un ruido extraño cuando nuestro carguero ligero entraba en velocidad de crucero. Era un ruido más alto de lo normal, algo que rozaba, un sonido aparte del rugido del motor. Además sonaba menos cuando la nave viraba a izquierdas.
Cuando uno pilota una nave de esas dimensiones a esas velocidades, un ruido desconocido provoca paranoia. Así que decidí llevar la nave al taller. 
Temblores y sudores fríos me entraban sólo de pensarlo. La última vez que llevé la nave al taller, era por un leve cabeceo, y me acabó costando más de 1.000 créditos, gracias a un poyaque. ("Po ya que nos ponemos le hemos cambiado la correa de distribución"). Eso fue un taller oficial de la marca, que según la vox populi, son más caros que la media, pero se suponen fiables y con garantía.
Así que pedí consejo a compañeros y conocidos mercenarios, y el que más me convenció, me redireccionaba a un taller cercano, Talleres Vega, en la zona del Barrio del Pilar, junto al infame "Casa Pepe"... del que algún día tendré que hablar...
Pero vamos al tema, Talleres Vega, sólo tenía el teléfono y la dirección, así que me dispuse a llamar para concertar cita para el enfermo. Bueno, pues aquí vino el primer choque generacional, ¿cita? no hace falta, tráelo y ya le echamos un vistazo. ¿ein?
A ver, contexto, ésta es mi primera astronave, y hasta hace relativamente poco, era nueva, y por eso siempre la llevaba a los talleres oficiales, miedoso de que cualquier otra manipulación rompiera su delicada estructura, no ha sido hasta ahora que he tenido que mirar por el bolsillo, y buscar otras opciones. Entonces a vosotros a lo mejor os parece normal, pero a mi me chocó, en los talleres oficiales, por si no lo sabéis, tienes que llamar, y te dan cita para un día de estos, a una hora concreta.
En fin, así que extrañado unos días después acerqué la nave al taller, y allí me atendieron un par de señores de bien pasada la cincuentena. El primero, que parecía el líder, tenía un aspecto entre Francisco Franco y Matías Prats padre. El otro una especie de Troll bondadoso con gafas de culo de vaso. Ambos vestidos con mono gris y las manos llenas de grasa, escucharon atentamente la descripción de lo que yo escuchaba al pilotar la nave. El que parecía el jefe afirmó sin apenas dudar que eso sería un rodamiento de no se qué, mientras el otro asentía con la cabeza. También les comenté que me cambiasen la luz de balización derecha, que la llevaba fundida desde hace meses. No había problema, lo apuntó todo en una libreta usando un lápiz, al que antes mojó la punta con la lengua, os lo juro, y con una caligrafía digna de Cervantes (bueno, en realidad no se si Cervantes tenía una buena caligrafía, pero os hacéis una idea ¿no?).
Luego me indicaron que dejara la nave por ahí, y que pusiera un ticket de aparcamiento, aunque fuese de cinco minutos, que si no la funcionaria responsable del parking regulado de la capital imperial se enfadaba. Tras seguir sus instrucciones, les dejé las llaves y me fui al trabajo en el crucero estelar de super lujo de mi padre. 
Paremos y recapitulemos un momento, basado en mi experiencia anterior, para dejar un vehículo en el taller, debía rellenar un papel que se copiaba por triplicado, con mogollón de letra pequeña (en la que probablemente vendías a tu primogénito a un brujo), debía aceptar el presupuesto, y escribir el número de matricula, fecha, nombre, apellidos, modelo, marca, y cosas así, que además también rellenaban en un terminal informático, todo muy serio y profesional. Luego cuando firmabas, te daban una de las copias, y  un tipo te forraba el asiento y el volante, para que sus indignos culos y sus poco limpios dedos no mancillaran la tapicería de tu nave. Como veis un contraste muy grande.

Bueno, pues pocas horas después, recibo la llamada, ahí estaba el presupuesto, descolgué el teléfono con voz temblorosa, temiéndome lo peor. Efectivamente era el rodamiento, había pedido la pieza y en un rato estaría lista la nave para que pasara a recogerla cuando quisiera. La suma ascendía a 185 créditos. Bueno, no estaba mal, mi mente había elaborado presupuestos astronómicos, y esa cantidad estaba muy por debajo de lo esperado. Le pregunté si aceptaban tarjeta, pero no, prefería en efectivo, me dijo que así redondeábamos a 180 ¿?¿. Bueno, pues nada, salí un poco antes del curro, para acudir al taller antes de que cerrara.

Y allí estaban los dos hombrecillos enfrascados con otro cliente. Cuando me vio entró en el taller y sacó una pieza extraña, una especie de cilindro del tamaño de mi... de un vaso. Al parecer era la pieza que había cambiado, me hizo una demostración práctica de como sonaba cuando la movías. Me comentó también que había cambiado la lampara fundida, y lo difícil que era en las aeronaves nuevas realizar estos cambios, que antiguamente se hacían sin problema. Y tras esta breve disertación, pasamos a su despacho, un rincón del taller con más papeles que tuercas, pero la misma grasa. Allí encontró la factura que me presentó, 167 créditos¿? menos de lo que me había dicho por teléfono, pero el colmo fue ya cuando me dijo, dame 160 para redondear, ¿cómo? vamos a ver, a un tipo como yo, es fácil ganárselo, soy amigable y buena gente, pero si encima me tocas el bolsillo, ahorrándome unos créditos, seré tu perra fiel para toda la vida. Ojoplático, le di los créditos y recogí el carguero, que estaba aparcado en la puerta con el mismo ticket que yo había dejado, y marché de allí con una sonrisa en la cara, pese a los 160 créditos que había perdido.

Si amigos, esa es la historia, os la resumo en unos sencillos puntos, por si no queréis leer o tenéis poca retentiva.
PROS: Más barato, no hace falta cita, trato cercano, reparan la nave, en apenas unas horas, redondean a la baja !!!
CONTRAS: Menos papeles, no te forran el asiento, no te forran el volante, no te hacen una encuesta de satisfacción, no aceptan tarjeta.

Así que desde aquí quiero lanzar al mundo mi total recomendación por los Talleres Vega, en la capital del Imperio, zona del Barrio del Pilar, al lado del infame casa Pepe, del que algún día hablaré...
Si queréis más datos, pedidlo amablemente, que no me llevo comisión ni nada.

viernes, 12 de julio de 2013

Vacaciones

Bueno, empiezo oficialmente unas vacaciones pagadas, 15 días en los que estaré parcialmente desconectado del mundo. Espero pasarlo bien, descansar, y respirar algo de mar.
Supongo que como todos los años veré series y películas, que espero alimenten futuras entradas del Blog o partidas de rol.

Lo dicho, pasadlo bien, pero sin pasarse, que estamos en crisis.

Así estaré en unas pocas horas... reflexionando.

lunes, 8 de julio de 2013

Nueve años no son tantos

Si, nueve años desde que empecé a escribir en este sitio, allá por el 2004. Empezó sin rumbo bien definido, y todavía hoy, sigue más o menos igual.
El sitio tuvo una edad dorada entre 2006 y 2009 donde escribía a un ritmo endiablado.
Vamos a adentrarnos en materia, gracias a Google, que empezó a contabilizar estadísticas desde el 2007, podemos sacar algunas cosas curiosas y otras raras.

Por ejemplo, la entrada sobre la película Outpost es la que más visitas ha recibido, ¿por qué? no lo se, fue una entrada rápida, sencilla, sin nada destacable, cosas del azar supongo.
La siguiente entrada más visitada me gusta más, el amigo Bruce Campbell, en su máxima expresión, la entrada dedicada al Rey de los Ladrones. Que recuerdos...
Pasemos a otras estadísticas absurdas, la de los países, aquí, lo típico es que me vean desde el nuevo y viejo imperio, pero las visitas desde Rusia, o Ucrania me dejan loco. Supongo que la mayoría del tráfico es desviado por proxies malignos y mi legión de seguidores pertenecientes a Anonymous, y Hackers Reunidos. Muy poco país hispanohablante, curioso. Por favor, si estás en alguno de esos países lejanos, y me lees habitualmente, comenta algo en el Blog, me darías una alegría.

A continuación tenemos los sitios de referencia, y amigos, aquí debo quitarme el sombrero, y agradecer de manera efusiva a los geniales Fatelux y Erikebeon, seguidores incondicionales desde hace tiempo, gracias, gracias. Deberíamos intentar conocernos alguna vez en persona.

Y ya por último los términos de búsqueda. Una vez más Bruce está a la cabeza, o más concretamente su personaje, Autolycus, tenemos también más personajes míticos que la gente busca y le llevan hasta aquí, como Bonhart, el malvado cazarrecompensas de las novelas de Geralt, o Jaskier, el trovador de la misma saga. También han llegado a mi blog, los que buscan información de Sven Thorsen, ya sea por su nombre directo, o por su personaje en la película de Gladiator. Y luego la típica búsqueda extraña "como quitar cenefa de pared" que ha llevado en 15 ocasiones hasta mi blog, supongo que por esta entrada del 2007. Debo decir que he replicado la búsqueda y no he logrado llegar a mi blog, supongo que fue hace tiempo...

Gracias a todos por leerme y como se suele decir, que dure mucho más.


miércoles, 3 de julio de 2013

Chocolate nocturno

Bueno, hoy uno de mis pecados nocturnos. Básicamente un colacao batido a máquina, una pequeña delicia ideal para sentarse a ver una película/serie por la noche antes de acostarse.

Para elaborar esta receta necesitaremos los siguientes ingredientes, leche fría, cacao en polvo, azúcar, una taza molona, y una batidor de leche (Produkt en sueco). En mi caso concreto uso leche desnatada y cacao en polvo de la marca Hacendado, popular y económica marca donde las haya, con Colacao también sale muy bien, aunque sustancialmente más caro, al Nesquik ni os acerquéis. Las medidas serán un poco al gusto  y experiencia de cada uno, con una serie de pautas que indicaré en cada caso.

Primero echamos un dedo de leche en la taza, y a continuación el cacao y el azúcar a gusto. En mi caso entre una bien llena o dos cucharadas estándares de cacao, y media cucharita de azúcar. Gracias a hacer las cosas en este orden evitaremos que el cacao se quede pegado en el fondo de la taza.
Echamos ahora la leche, hasta más o menos la mitad de la taza, y con una cucharilla vamos removiendo un poco hasta que todo el polvo de cacao esté mojado. Con esto lograremos que el polvo no salga despedido cuando activemos el batidor de leche. 
Y ahora si, metemos el Produkt hasta el fondo y accionamos el interruptor, llevando cuidado de evitar que con el remolino se salga la leche de la taza. Veréis con placer como rápidamente se va creando esa espuma deliciosa. Con el tiempo y la experiencia podréis ir ajustando las medidas hasta lograr que el nivel de espuma quede en el mismo borde de la taza. 
Nota para expertos: Mientras el batidor hace su trabajo, con la otra mano podemos ir echando leche poco a poco hasta que el nivel de espuma alcance un nivel óptimo.

Y ya está, eso es todo. Igual de importante ahora es, armarse con una cuchara, sentarse en el sillón con el mando y tu  manta favorita, acomodarse bien, darle al Play y comenzar a disfrutar del visionado mientras te  tomas la espuma a cucharadas. Con suerte llegaréis al final de los títulos de crédito con la taza vacía.

Os puedo asegurar que está delicioso. Podréis experimentar con vuestros gustos y preferencias, echando más o menos cacao y azúcar. Cada uno tendrá su punto justo, y lo irá descubriendo con el tiempo. Otra opción es usar leche entera, en lugar de desnatada, saldrá más espuma y tendrá más cuerpo, pero ¡ojo! también engorda más, así que vosotros mismos.

Ya me diréis que tal, espero vuestras experiencias y comentarios. 
Un saludo a todos los que me leen, y que os aproveche.
Mmmm... tenía que haber echado más leche...