Nuestro proceso de cambio sigue su curso normal, y aunque felices, no deja de tener sus momentos un poco tristes.
Hoy por ejemplo es el último día de nuestro enano en la guarde, y eso indica una etapa que queda atrás y que nunca volverá. Eso si, una etapa feliz, con grandes momentos, muy productiva, y gracias a la cual mini-yo es quien es, aprendió a hablar, a moverse, a jugar, a nadar, a no cagarse encima, a no mearse encima, a comer (aunque sea mal). En fin, nos da pena a mi y sobre todo a mi media mandarina, que esta fase tenga que terminar, espero que las que queden por llegar sean al menos tan buenas como esta. Desde aquí prometo que por lo menos intentaremos pasar algún día con el pequeño McKlow, para que las "seños" le vean crecer.
También hoy es el último día del garaje, cuando salgamos con el coche, nunca volveremos a aparcar ahi, y aunque la gente piense que mi pequeña astronave no tiene sentimientos, yo no estoy tan seguro. Nunca había tenido un sitio para descansar tan grande y amplio, el de ahora es algo más estrecho, aunque con menos cuestas.
Amigos, seguimos en el cambio.
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