Parece que finalmente el terrible servidor de la oscuridad conocido como "la crisis" ha impactado de lleno con uno de sus pútridos tentáculos en nuestra zona. La nave ha sido duramente dañada, y corre peligro de convertirse en una pequeña supernova de andar por casa. La oscura prole de hijas de la crisis, se reproducen por cientos, y en apenas unas horas varios de mis compañeros han caído, algunos de ellos muy cercanos.
La sensación de incertidumbre se une a la de impotencia y se agarran al estómago como parásitos del terror. Pero hay que reaccionar, aunque cuesta moverse, es un error quedarse quieto. Hay que intentar dominar la nave y evitar ser uno de los caídos, pero siempre con un ojo puesto en las cápsulas de escape, porque ante todo, hay que salvar el pellejo, sobre todo teniendo una familia que me espera allá en la tierra.
Lo peor es que el ataque ha sido por la retaguardia, y totalmente por sorpresa, ninguno de los tripulantes se lo esperaba, y por eso nuestra capacidad de reacción se ha visto seriamente mermada. La clara incompetencia de los que estaban al mando, incapaces de predecir, o avisar de lo ocurrido, ha sido la mayor responsable de lo sucedido. Ellos tienen el mejor equipamiento, y apenas sufren unas magulladuras. Pero los pobres de a pie, los que realmente hacen que la nave funcione, los que mantienen ese equipamiento, esos son los principales dañados cuando suceden desgracias como esta.
Yo, al estar en la sala de máquinas del módulo de carbonita, he vivido todo el ataque en la distancia. Me he ido enterando de lo sucedido por medio de los comunicadores, y afortunadamente, los motores aun necesitan de gente como yo... por ahora.
En fin, aunque por ahora me he salvado, alguna alimaña puede atacar en cualquier momento, espero estar preparado. De todas formas, si alguien en la distancia conoce algún truco, o sabe de un lugar donde programar una cápsula de salvamento, que no dude en darme las coordenadas.
Seguiremos informando.
La sensación de incertidumbre se une a la de impotencia y se agarran al estómago como parásitos del terror. Pero hay que reaccionar, aunque cuesta moverse, es un error quedarse quieto. Hay que intentar dominar la nave y evitar ser uno de los caídos, pero siempre con un ojo puesto en las cápsulas de escape, porque ante todo, hay que salvar el pellejo, sobre todo teniendo una familia que me espera allá en la tierra.
Lo peor es que el ataque ha sido por la retaguardia, y totalmente por sorpresa, ninguno de los tripulantes se lo esperaba, y por eso nuestra capacidad de reacción se ha visto seriamente mermada. La clara incompetencia de los que estaban al mando, incapaces de predecir, o avisar de lo ocurrido, ha sido la mayor responsable de lo sucedido. Ellos tienen el mejor equipamiento, y apenas sufren unas magulladuras. Pero los pobres de a pie, los que realmente hacen que la nave funcione, los que mantienen ese equipamiento, esos son los principales dañados cuando suceden desgracias como esta.
Yo, al estar en la sala de máquinas del módulo de carbonita, he vivido todo el ataque en la distancia. Me he ido enterando de lo sucedido por medio de los comunicadores, y afortunadamente, los motores aun necesitan de gente como yo... por ahora.
En fin, aunque por ahora me he salvado, alguna alimaña puede atacar en cualquier momento, espero estar preparado. De todas formas, si alguien en la distancia conoce algún truco, o sabe de un lugar donde programar una cápsula de salvamento, que no dude en darme las coordenadas.
Seguiremos informando.
Mi sugerencia: Manda instancias currículares a otras compañías espacio-navieras... por si acaso...
ResponderEliminarAunque todo está un poco mal debido a la falta de Deuterio.
Conozco a alguien de una empresa (y no es en la que pringo) que tiene proyectos en los que necesitan mano de obra para salas de máquinas de diferentes tecnologías.
Así que si estás dispuesto... Mándame el holo-documento.