miércoles, 9 de noviembre de 2005

Momento Katrina

Si señores, un momento Katrina, término acuñado por un buen amigo que define a la perfección los pequeños espacios de tiempo que por diversas causas conllevan grandes desastres en cantidades de uno o más.
Pues bien, resulta que el miercoles en mi guarida, tuvimos uno de esos momentos que a continuación paso a describir. Resulta que el pequeño McKlow se encontraba mal, ya llevaba varios día medio malo, y había vomitado la comida un par de veces. Pues bien, aprovechando que la pequeña bestia dormía una de sus numerosas siestas, encontrábame yo sumido en el descanso de los justos. Y como de costumbre, cuando el sueño estaba en su mejor parte (una vez más la galaxia dependía de mi habilidad con el sacacorchos), el mini-yo comenzó con sus lloros. Con peinado de resignación me levante a atenderle, lo típico, - ¿que pasó?, gugu, tata- etc, etc. Entonces le tomé en brazos para llevarlo a su recinto de juegos, y cuando iba por el salón, la pequeña bestezuela me vomitó encima, con todo lo que eso conlleva, mal olor, pegajosidad, calidez no deseada, vamos una guarrería. Cuando todavía estoy asimilando lo ocurrido, llaman al telefonillo, era mi madre, que venía de visita, que oportuno. Bueno, no importa, no pasa nada, calma, con las mismas, voy preparandome para meterme en la ducha, junto con el pequeñajo, cuando me percato que algunas salpicaduras del vómito han alcanzado mi pequeña colección de juegos de rol en edición de lujo (vamos casi todos), antes de caer desmayado por la impresión, opté por quitarme las gafas, para perder los detalles. Sigo con el proceso de meterme en la ducha, el enano se sienta en su silla especial de baño y yo me meto también. Comienza la ducha, con el agradable agua caliente, quitandonos la porquería de encima, primero por cortesia, empiezó con el, le voy quitando todo el vómito del pecho y de los brazos, cuando veo que ya está más o menos limpio, empiezo a quitarme el vómito del pelo y de la barba (si, hasta ahí había llegado) cuando de repente se va la luz, zas! todo a oscuras, y no solo eso, sino que el agua empieza a dejar de salir caliente, sino todo lo contrario. Yo grito preguntando al resto de habitantes y visitantes de la casa y efectivamente, pues no hay luz, las obritas de la M-30 han debido cortar el cable rojo, en lugar del azul. Nada salgo de la ducha, y saco a la pequeña bestia, que comenzaba a tiritar de frio, y mientras su madre le seca, yo intento descubrir que tiene que ver un calentador de gas con la electricidad, y descubro asombrado que el calentador de gas, está enchufado... en fin, digamos que termine de ducharme con agua fria, cosa que es muy sana segun dicen, y me prepare para tener una explendida tarde porque a fin de cuentas, ¿que mas podría pasar?

1 comentario:

  1. Anónimo04:29

    Mi solidaridad y comprensión no conocen límites en este momento.
    En mi caso la combinación de desastres fue la siguente: Potas infantiles (no es una ONG), micciones caninas, inundación casera y llamadas simultaneas al timbre y al teléfono.
    Al menos G.W. Bush no se paseó por la zona de la hecatombe...
    Ro

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